La movilidad, un derecho de todos

Cuando hablamos de accesibilidad no solo nos referimos a las personas que tienen discapacidad, sino a todos los ciudadanos, por eso nos referimos a una accesibilidad universal, porque abarca a todos los seres humanos tengan o no discapacidad.
Así las cosas, es necesario pensar en un país incluyente para todos teniendo en cuenta los parámetros de diseño universal, dado que cuando las ciudades no tienen un diseño correcto, los que tienen una deficiencia funcional viven más que cualquier otro la discriminación; lo anterior según la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, de las Naciones Unidas (2006) artículo 2, aprobada por Colombia mediante la ley 1346 de 2009.
En estos días que ocurrió el desafortunado hecho en el que un compañero ciego cayó a una alcantarilla destapada, pensaba que, en Bogotá, aunque se han visto cambios en lo que respecta a la movilidad segura y autónoma de las personas con discapacidad, falta mucho para que sea una ciudad verdaderamente accesible.
Pero, además, reflexionaba que es urgente capacitar a los encargados de hacer la infraestructura en la ciudad, ya que no tienen un verdadero conocimiento de cómo ubicar, por poner un ejemplo, las líneas podotáctiles contenidas en el artículo 7 del decreto 1538 de 2005, numeral 4, o las ciclo rutas, puesto que la mayoría no están ubicadas correctamente.
En el caso de las líneas podotáctiles, no es seguro en ocasiones caminar sobre ellas. Muchas veces encontramos huecos o ciertos obstáculos que impiden caminar de forma segura por estas guías.
En materia de las ciclo rutas, algunas de estas vías están justamente sobre las paradas de los alimentadores o de los SITP. Por consiguiente, los usuarios de las bicicletas no bajan la velocidad ocasionando que las personas ciegas corran un riesgo absoluto, pues existe la posibilidad que tengan un accidente.
No es un regalo lo que los gobernantes hacen para que todos los individuos tengamos seguridad al movilizarnos. En cambio, sí es obligatorio que se cumplan las leyes que nos rigen, ya que somos una nación que no puede continuar excluyendo a las minorías que también hacen parte de la sociedad.
Es necesario que el estado haga efectiva la normatividad que existe para que las ciudades sean accesibles de manera acertada y que sean capacitados los funcionarios que trabajan para hacer nuestra patria inclusiva, según lo establecido en la ley 361 de 1997, artículos 43 y subsiguientes; en especial el artículo 46; pero además, que la comunidad aprenda a tener cultura ciudadana, ya que algunos accidentes o inconvenientes que tenemos las personas que vivimos con alguna discapacidad son por culpa de la incultura de ciertos humanos que no ven que existen otros con una deficiencia funcional a su lado.
En este artículo Quiero hacer un reconocimiento a los que luchan cada día para que Colombia sea un país incluyente por y para el bien de todos los que la habitamos, gracias al trabajo que realizan es que están cambiando las cosas. Sin embargo, no porque se ha avanzado algo en el tema, quiere decir que bajemos la guardia, por el contrario es fundamental seguir haciendo incidencia para que las cosas cambien por completo y logremos por fin una accesibilidad universal.
Autor:
Luisa Moreno
Profesional Biblioteca Virtual para Ciegos
Instituto Nacional para Ciegos - INCI