
Para comenzar la consideración de la cultura necesaria para la humanidad, hago las siguientes consideraciones.
Relación del individuo con el objeto que le genera cultura
El vínculo que se establece entre el individuo y el objeto , puede llegar a ser patológico, lo que explica las conductas alteradas y la generación peculiar de relacionarse con su entorno, dando por resultado distintas violencias contra sí y la sociedad que cuando son grupales se denominan sub-culturas, por ejemplo la del sicariato (negativa), la del Rap (positiva), pacificadora en la reingeniería de los jóvenes de las comunas de Medellín.
Pero en general y positivamente hablando, para explicar el Derecho a la cultura, la relación sujeto-objeto (cosa) no sólo es infinita sino que genera el concepto de la palabra (sonido representativo) que forzosamente modifica el referente en que se constituye ese objeto en la vida del individuo y que a su vez sufre reordenamientos en la medida en que la novedad en la relación se presenta, se expande, se frustra, se hace dolorosa o placentera, se transforma en la memoria, etc.
El poeta y el novelista transforman lógica y particularmente -sin que represente alteración en su conducta- a las personas en objetos y a los objetos los personifican, siendo los casos más fáciles de mencionar, “El Quijote”, efecto literario que dio vida a los molinos y fantaseó a lo largo de la creación como instrumento comunicacional de la critica social-filosófica, que, como dice en sus “Retratos” el estudioso polemista Giovanni Papini “en medio de esa literatura aristocrática y “clasizante”, estalló de repente la bomba de “El Quijo”. Y, el de “Pinocho” cuyo creador dio vida a la madera personificada para comunicar principios educativos al niño-lector. Sin embrago, cada caso debe ser analizado dentro de las circunstancias sociopolíticas y /o sicoanalíticas que envolvieron al autor-personaje desde su primera infancia, incluyendo los Objetos del entendimiento o, entes imaginarios y entes de la razón.
El individuo como persona humana/ humanitaria y la cultura
El mapa del ser humano, o ADN, según algunos, demuestra condiciones inherentes a la persona, demostrando que no son exclusivamente resultado de la cultura, es decir adquiridos, como son el sentido gregario, el instinto de conservación, el sentimiento de solidaridad, plenamente establecidos en esa carta como inherentes al ser humano, lo que refuerza el principio del Derecho de la cultura, puesto que son propios del ser, están incluidos en el principio de la dignidad humana que trabajan, inclusive, las religiones.
Por lo tanto, conceptos considerados novedosos, como el de la Persona humana, son absurdos, puesto que implica la distinción con la no humana, o sea, la aceptación de que hay otros que no poseen esas propiedades reconocidas, además, como derechos fundamentales ; es el caso absurdo de los servicios prestados a personas humanas, en caso extremo de angustia (suicidio, depresión) que recurren al consuelo, la tolerancia y la orientación telefónica. Sin embrago, para expertos en derecho humanitario la expresión Persona, es aquella que perdió sus características humanas.
La persona, la comunidad y la cultura
Si se estableció la relación de la persona con el objeto y se aceptó la modificación que sobre ella aporta la palabra, es necesario tener en cuenta que los objetos pueden ser exteriores ( ej. un paisaje) o, interiores (ej. el enamoramiento) .
Los exteriores, inanimados, forman la realidad cosmológica y generan creencias, culturas. Los exteriores animados, como son las personas más próximas (padres, maestros) también generan cultura del ser y son los denominados entes, históricos, que al igual que los objetos tienen propiedades particulares comunes a las cosas inanimadas como el volumen, el calor, la textura, etc.
De esa relación ambiental-ecológica entre objeto animado y objeto inanimado, comienza cada ser a construir su historia como individuo, a la vez que el instinto gregario lo lleva a compartir y comunicarse con el otro ser, dando origen a la cultura comunitaria o a los imaginarios colectivos, por ejemplo la construcción de mitos y leyendas que son la realidad viviente de esa cultura generada en la relación ( ej. la pata sola, el fantasma)
Es tal el vínculo con su propio mito, que la persona lo representa, lo internaliza mediante la introyección o incorporación, apropiándose de ella y generando obras como las tragedias griegas y la escultórica de los dioses.
Más aún; los escritores dan animación a las cosas o cosifican a las personas, una vez que las han introyectado. Repito el ejemplo de “El Quijote” y el “Pinocho”.
Los artesanos, a su vez, haciendo uso de sus cualidades motrices, hacen sus artesanías o manualidades. Primero, entendieron el cosmos y luego lo concretaron en figuras geométricas sobre las vasijas, en los tejidos como las mochila wayu, haciendo de los objetos cosas con significación afectiva de diversos tipos dado que los estados afectivos que acompañan las representaciones objetales, necesitan de esa representación hasta llegar a la reminiscencia, aún la religiosa con los mitos y creencias en la milagrería por ejemplo del Niño Dios del 20 de julio, generando imaginarios colectivos o cultura comunitaria.
Los diseños y las músicas, desde las culturas primarias hasta las tecnológicas y científicas, facilitan el sistema de identificación del problema social o del conflicto individual; las imágenes, por ejemplo, pueden ser representaciones de sí mismo derivadas de situaciones instintivas y estados afectivos que generan estructuras síquicas independientes, originadas en funciones autónomas primarias (percepción y memoria) como fijación de la interacción con el medio, influidos por los conflictos orales (la palabra), según lo afirmó en sus tesis el estadinense siquiatra y sicoanalista Otto Kerberg, en 1977.
Una muestra es el gesto, del rapero como fenómeno generacional de historia del individuo que ha trascendido casi todas las culturas en distintos países, es la creación del gesto y la palabra para reforzar el lenguaje emocional que genera con la música su propio canal de expresión máxima. El baile y sus figuras, es la auto-comunicación con el otro igual, que no lo arremete, que siente igual; que se identifica con él, con su clan, con los demás y es acorde con el texto y la música.
Las tribus urbanas, por ejemplo, obedecen a estéticas de modos de consumo que les da identificación por uso (el peinado ponk), al igual que la moda en general que identifica al ejecutivo, a la empresaria, a la mujer libre, al “metro-sexual”,etc. Estas, son urbanas porque la sociedad consumista las impone o las genera, pasando rápidamente de moda y siendo sustituidas por la inmediata creación.
Edda Cavarico
Contertulia e integrante del programa
Usted Tiene la Palabra -INCIRadio