El uso de la tecnología barrera o facilitador de la inclusión social

Fotografía, personas con discapacidad visual manipulando tecnologías en braille
Numero edicion
Edición Número 6

Hablar de inclusión supone el respeto por la dignidad de las personas y por consiguiente de su libertad y determinación, así como el reconocimiento de sus derechos: a la vida, al trabajo, a la educación, a la salud. La inclusión social responde entonces a la equidad y al respeto hacia las diferencias, beneficia a los colectivos independientemente de sus características, sin etiquetar ni excluir, pretende proporcionar un acceso equitativo, haciendo ajustes permanentes para permitir la participación de todos y valorando el aporte de cada persona a la sociedad. Este concepto le apuesta al valor que los seres humanos tenemos sin importar sus diferencias, sus características, su forma de pensar y de ser en el mundo.

Colombia, como parte de la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad, avanza en la comprensión de la diversidad y los cambios de las perspectivas políticas y sociales. El país ha venido avanzando en el fortalecimiento de la perspectiva de discapacidad y su inclusión social, sin olvidar que es, un fenómeno complejo, pues se debe entender en términos de su relación con otros factores como el género, la edad, el sexo, etnia, la situación socioeconómica, su localización geográfica, su cultura, entre otros.

El Instituto Nacional Para Ciegos –INCI, como entidad asesora en el tema de la discapacidad visual, ha venido generando distintas alternativas para mejorar los procesos de la inclusión de este grupo poblacional, mediante el desarrollo de acciones con entidades aliadas para promover la empleabilidad y aportando a las personas ciegas y con baja visión los conocimientos, estrategias y conceptos que contribuirán al fortalecimiento de sus competencias.

El uso de la tecnología se ha identificado como un facilitador de inclusión social, porque permite realizar diversas actividades de manera adaptada y sin barreras de ningún tipo, y ha sido un elemento fundamental para la continuidad de los procesos educativos, laborales y deportivos de las personas con discapacidad visual.
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De igual manera, el uso de los componentes tecnológicos permite a las personas con discapacidad visual un plus que puede favorecer su inclusión laboral, dada la migración masiva del mundo a los escenarios digitales.

Sin embargo, el rápido y generalizado cambio de las dinámicas cotidianas que llevó al uso de plataformas en línea por la situación de la pandemia puso en evidencia las brechas digitales que vive el país y que se reflejan en las barreras para su uso, relacionadas con asuntos de desconocimiento de las herramientas,
 
acceso limitado a las tecnologías, dificultades de accesibilidad por conectividad y la falta de una conexión a Internet.

Y para ir más allá, no todas las personas con discapacidad visual tienen acceso a las aplicaciones o no cuentan con capacitación previa que les permita enfrentarse adecuadamente al reto de la virtualidad.

Esta problemática trae a colación la necesidad de promover los ajustes razonables y/o requeridos para llevar a cabo una inclusión exitosa (hacer accesible los espacios, la información y la comunicación) y adoptar el diseño universal como estrategia.
 

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Fotografía, María del Rosario Yepes

María del Rosario Yepes
Funcionaria Asistencia Técnica

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