Breviario para una inclusión laboral

“En el lenguaje siempre es la guerra” Henri Meschonnic
Teórico del lenguaje, ensayista, traductor y poeta
Indudablemente, las personas con discapacidad se enfrentan con imaginarios sociales o factores contextuales que pueden facilitar, o en la mayoría de los casos obstaculizar el proceso de vinculación laboral desde que están buscando trabajo hasta su vinculación, debido a que aún muchos de los actores que intervienen en la inclusión laboral, mantienen el viejo paradigma rehabilitador, lo cual significa que se centra el problema en la persona, en sus deficiencias y dificultades, como si se tratara de una enfermedad.
Sin embargo el viejo modelo subsiste a pesar de que en el 2006 las Naciones Unidas promulgaran un nuevo paradigma a través de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y que en 2009 Colombia lo haya acogido y aprobado mediante la Ley 1346 de 2009 , en donde se reconoce el Modelo Social en el cual la discapacidad surge cuando existen barreras que impiden a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos humanos y capacidades fundamentales, lo cual significa que se considera que es el Estado y la sociedad quienes deben eliminar las barreras que han impedido el desarrollo integral de las persona con discapacidad.
Dentro de los imaginarios sociales se encuentran los pensamientos de los actores que intervienen en la vinculación laboral acerca de la discapacidad, pensamientos que han estado ligados al lenguaje que utilizan y que a su vez son alimentados por las lecturas y narrativas realizadas. En este sentido, para el mundo laboral colombiano una de las influencias es la normatividad existente.
Estos pensamientos son recurrentes y se ven reflejados en el lenguaje utilizado dentro de la legislación colombiana, por ejemplo, en el Código Sustantivo del Trabajo y La Ley 361 de 1997 que establece mecanismos de integración social de
las personas con limitación y se dictan otras disposiciones, utilizan con frecuencia palabras como: “discapacitados”, “inválidos”, “minusválidos”, “personas con limitación”, “limitados” y “sordos”. Con estas acepciones los actores que intervienen en la inclusión laboral han generado una mirada peyorativa o incluso ofensiva si se analiza cada vocablo de manera etimológica.
Si bien es cierto, algunas normas recientes como la Ley 1618 de 2013 se actualizan en el lenguaje propuesto por el Modelo Social, existen aún normativas que no lo hacen, por lo que fue necesario que a través de la Sentencia C-458/15, se decretara la “exequibilidad condicionada” para que en algunas normas se ajusten estas palabras por la expresión “persona en situación de discapacidad “.
Seguramente tardará que el modelo social y el uso del lenguaje apropiado permee a todos los niveles que interviene en el proceso de vinculación laboral, pero si se espera que den una luz para la transformación de los imaginarios sociales.