
Nacido en Barcelona, Martí Batalla ya de niño empezó a sentir interés por la música, especialmente la guitarra, aunque toca el órgano electrónico, la flauta dulce y la armónica. Hoy es conocido por las versiones y adaptaciones de diversas obras para guitarra y armónica. Para Martí, la música ha sido el medio para comunicarse con las personas, el público el cual él no ve permite mostrar sus más profundos sentimientos. Sobre todo, lo refleja en las letras de algunas habaneras hablando con la máxima normalidad de la ceguera y también de todo lo que le ha marcado durante su vida cotidiana.