Lenguaje inclusivo y comunicación incluyente: buenas prácticas para abordar la discapacidad

Autora: Leidy Fernanda Hoyos

Este capítulo está dirigido a los colegas periodistas y a otros profesionales dedicados al ejercicio de la comunicación y para aquellos que han entendido que las estrategias de información, educación y comunicación deben ser inclusivas; y de esta manera cuenten con herramientas que faciliten el uso inclusivo del lenguaje en las comunicaciones escritas y verbales, contribuyendo así  a la eliminación de estereotipos y prejuicios hacia las personas con discapacidad y diversas formas de discriminación o exclusión  de la población. 
El propósito es entregar orientaciones para que lo que se diga o escriba se haga reconociendo la diversidad y sobre todo la dignidad de las personas, con un uso consciente del lenguaje que termina siendo determinante al momento de querer cambiar y construir nuevas realidades que sean más igualitarias, respetuosas e incluyentes con las personas con discapacidad. 
Este planteamiento de la comunicación desde la inclusión, más allá de ser una reflexión, es el resultado del acercamiento y el trabajo constante con la población con discapacidad visual, con  personas ciegas y con baja visión que, mediante la  interacción, me han  permitido  ir enlistando y estableciendo las diferentes herramientas, necesarias,  para desarrollar una estrategia transversal y con acciones acertadas, dirigidas a una interlocución donde se conectan los entornos  sociales, laborales, de ocio, culturales y personales, es decir, que este sentido el desarrollo de una comunicación incluyente va adquiriendo mayor relevancia por el valor añadido que genera a los procesos de enseñanza, aprendizaje e inclusión, reconociendo que no hay características similares porque la población es heterogénea y vale la pena detenerse e iniciar procesos comunicativos más consientes.

¿Pero cómo gestionar el lenguaje inclusivo?
Entendiendo que el lenguaje es la capacidad que tenemos los seres humanos para codificar y descodificar un mensaje, transmitiendo, así, información de carácter abstracto y complejo o también identificando que el lenguaje es ese conjunto de signos que se utilizan para codificar los sonidos articulados y así poder transmitir un mensaje desde lo escrito, oral o gestual, etc, me centraré, para el contexto de la búsqueda de inclusión desde el lenguaje de las personas con discapacidad,  no desde el sistema de signos que permiten la comunicación,  pero sí  al estilo o la manera de expresarse de una persona o una comunidad lingüística.

A continuación, se presentan términos a utilizar en las informaciones relacionadas con las personas con discapacidad.

Usos correctos:
Persona con discapacidad.
Persona con discapacidad física.
Persona con discapacidad intelectual.
Persona con discapacidad visual.
Persona con discapacidad auditiva.
Persona con discapacidad mental.
Y estas son las formas incorrectas para que no hay lugar a ser usadas en ningún formato comunicativo.

No diga más: Enano, malformado, deforme - se dice: persona de baja talla, persona con acondroplasia, persona con discapacidad congénita

No diga más: cieguito, semividente, visión subnormal - se dice: ciego o persona ciega, persona con baja visión, persona con discapacidad visual.

No diga más: paralítico, lisiado, minusválido, mocho, mutilado, padece de discapacidad, sufre de una discapacidad - se dice: persona con discapacidad física, persona con amputación, tiene discapacidad.

No diga más: sordomudo, mudo, sordito - se dice: persona con discapacidad auditiva, persona con discapacidad del habla, persona sorda, sordo.

No diga más: defecto de nacimiento, discapacitado, incapacitado, especial, retardado, lento, bobo o tonto - se dice: discapacidad congénita, persona con discapacidad intelectual, persona con discapacidad.

Uso incorrecto:
Personas con necesidades especiales, discapacitado, deficiente, incapacitadas
Personas con capacidades diferentes, lisiado, minusválido, inválido, paralítico.
Mongólico, retardado, retardado mental.
Cieguito, invidente, no vidente. 
El sordo, Sordomudo.
Insano, Demente, Loco, Trastornado, Esquizofrénico.

¿Cómo lograr una comunicación incluyente?
A continuación, unas claves, algunos consejos que aportan a esa labor, ya en la construcción de comunicación incluyente, es decir el acto a través del cual una persona establece con otra un intercambio de información:

  1. Contexto: Hablar de discapacidad o dirigirse a personas con discapacidad sin abordajes que sugieran o refuercen estereotipos negativos de incapacidad, pesar o enfermedad.
  2. Comunicación de doble vía: Al entrevistar a las personas con discapacidad, ellas tienen derecho a expresar, sin intermediario, sus pensamientos y sentimientos en forma libre y directa, a través del medio de comunicación.
  3. Acciones incluyentes:  
  • Implementar redacciones con lenguaje o textos claros. Esta primera acción eliminará las barreras cognitivas, fomentarán la comprensión, el aprendizaje y la participación.
  • Al crear o hacer uso de material audiovisual recurra a la descripción de imágenes y/o subtítulos.  
  • En redes sociales utilizar los textos alternativos para describir las imágenes o elementos no textuales que acompañan las publicaciones.
  • En correos electrónicos que contengan piezas publicitarias o sean las imágenes de las campañas, corresponde hacer luego de la imagen la transcripción del texto.     
  • Si hay documentos adjuntos, hay que tener presente que los párrafos alineados a la izquierda favorecen la lectura con una sangría especial, de primera línea. Cuando se justifican, algunos usuarios pueden presentar dificultades en el acceso a la información.
  • En cuanto a la accesibilidad web proporcionar un acceso equitativo para las personas con discapacidad, generando oportunidad de interactuar y acceder sin obstáculos a la información. 
  • Al emplear tablas para presentar la información, se deben utilizar solo para relacionar datos. Utilizar siempre la opción ‘insertar tabla’ del menú y nunca dibujarla. Diseñar tablas simples y no combinar celdas. Adicional, es importante no incluir ilustraciones dentro de las mismas. Si no es pertinente, es mejor buscar otra alternativa diferente a las tablas.
  • No utilizar texto parpadeante o intermitente, ni gráficos animados. 
  • Evitar el uso de textos subrayados y de textos largos en mayúsculas. 
  • No utilizar el WordArt. 
  • No insertar imágenes de fondo ni ‘marcas de agua’. 
  • Conformar cada elemento estructural con la herramienta correspondiente y no simularlo: insertar tablas, páginas, listados con viñetas o numeración.
  • Revisar que los fondos y textos o imágenes brinden suficiente contraste, esto para las personas de baja visión. Utilizar textos en colores oscuros sobre fondos claros o viceversa.
  • En cuanto al uso de enlaces, incluir un nombre adecuado que identifique el objetivo del enlace y del lugar al cual los dirige y no utilizar como nombre del enlace: las expresiones ‘haga clic aquí’, ‘más información’ o ‘leer más’.
  • Y en cuanto a formatos en PDF, revisar que la casilla de estructura del documento para accesibilidad esté verificada, ingresando por el botón ‘opciones’ del cuadro de diálogo: ‘guardar como’.
  • Y, por último, promover la participación de personas con discapacidad en los medios de comunicación. 

Lo importante es que estas recomendaciones sean útiles en la labor comunicativa, como un recurso poderoso que contribuya a gestionar el cambio desde la inclusión. “La comunicación incluirá los lenguajes, la visualización de textos, el Braille, la comunicación táctil, los macrotipos, los dispositivos multimedia de fácil acceso, así como el lenguaje escrito, los sistemas auditivos, el lenguaje sencillo, los medios de voz digitalizada y otros modos, medios y formatos aumentativos o alternativos de comunicación, incluida la tecnología de la información y las comunicaciones de fácil acceso”. (Ley 1346 de 2009, art. 2).   

Hay que entender también, que la discapacidad es el resultado de la interacción entre las personas y las barreras que surgen por la actitud y el entorno en el que se desarrollan estas relaciones, cuando hace falta alguna de ellas o todas, evita que las personas con discapacidad puedan participar plena y efectivamente en todos los ámbitos de la sociedad en igualdad de condiciones.

Bajo esta concepción, quienes interactúen con personas con discapacidad deben empezar por erradicar los estereotipos o el conjunto de ideas preconcebidas que hasta el momento hayan usado para referirse a población.  Porque es a través de los procesos de socialización y por medio del lenguaje donde se han aprendido estos prejuicios. A todos los colegas los convoco a empezar a trabajar en una nueva visión y replanteamiento de la forma y el fondo de las comunicaciones que están generando.   Explorando otros productos y servicios que sean orientados a todas las personas y sus diferencias.  
Los nuevos contenidos y las nuevas formas de abordar la discapacidad, desde las historias de vida, las acciones vigentes y la vida cotidiana de la población, hay que verificarlos contando con diferentes puntos de vista para tener perspectivas diversas sobre una misma realidad porque la verdad sobre la discapacidad se construye con múltiples versiones.  Tengan en cuenta a las familias, comunidades, ONG´s involucradas en la materia, las entidades públicas competentes y el criterio de personas especializadas en el tema y no esperen que exista una mala situación que involucre a una persona con discapacidad para hacer cubrimiento del tema.
     Que todos los contenidos que desarrollen se hagan a partir de un enfoque de derechos, incluyendo a toda la humanidad, sin discriminación de etnia, edad, situación socioeconómica, nacionalidad o religión; por tanto, entendamos que esos derechos deben ser ejercidos de igual forma por todas las personas con y sin discapacidad.

Es ponerse en el lugar del otro, comprender al otro e incluirlo