Votar no es botar

Ahora, cuando nos aproximamos a los comicios electorales, a diario escuchamos expresiones como la de: “Yo que voy a botar mi voto”, y ni siquiera tienen el conocimiento de que aunque estas dos palabras son iguales en su pronunciación, las hacen diferentes su significado y sin embargo, no sabríamos cuál de las dos están pronunciando primero, esto por lo que explicaba anteriormente sobre la similitud de sonidos al pronunciarlas. Quiere decir ello, que muchos de quienes repiten esta frase jamás se han preocupado por la ortografía de las dos palabras, lo que nos lleva a pensar que podrían estar pronunciando la primera en el lugar de la segunda y para ellos el resultado sería el mismo.
Aunque pueda parecer algo confusa esta reflexión, sólo pretendo con ella demostrar que la ignorancia que muchos manejamos sobre la verdadera importancia de ejercer el sagrado deber del voto es muy grande, y que no ejercerlo nos hace más vulnerables a perder el derecho a manifestar nuestro inconformismo por aquellas situaciones que puedan alterar nuestro desarrollo como ciudadanos.
Con lo anterior, quiero hacer un llamado de atención a aquellos ciudadanos que se niegan a sufragar (palabra con la que podemos reemplazar la de votar), porque creen que la política tiene todo arreglado para dar como ganadores a quienes ellos han elegido con anterioridad. Claro que se pueden dar casos de éstos, pero nosotros como electores podemos cambiar lo que no esté bien hecho. Es por ello que los invito a votar o sufragar, libre y patrióticamente este 27 de octubre, para que nuestra democracia siga siendo la más fuerte en el continente y no caigamos en dictaduras opresoras.
Por otra parte, quiero dirigirme especialmente a mis compañeros con discapacidad visual para invitarlos a reclamar la tarjeta electoral en braille, en el sitio que tengan asignado para realizar su votación y en el momento de ejercerlo, ya que esto no es un simple capricho de alguien que instauró una tutela para que se nos restituyera este derecho, sino que es una posibilidad más de demostrar nuestra autonomía e independencia, a la vez que apoyamos de esta forma un gran trabajo realizado por el INCI y aquellas personas que han trabajado sin descanso durante varias semanas en su elaboración y puesta al servicio de todos nosotros.
Para ello debo hacer algunas aclaraciones que considero convenientes:
Siempre que se trate de criticar y hasta destruir, muchos estamos listos en primera fila, pero no somos conscientes del gran esfuerzo que muchas personas han realizado para adecuar el material necesario para elaborar estas tarjetas electorales en braille.
Se ha hablado de la conveniencia de que se grafiquen cuadros en las tarjetas electorales para cada candidato y para cada número, y esto es realmente imposible por lo dispendioso del braille, pues, si así se hiciera, apenas cabrían algunos pocos y muchos de los candidatos quedarían fuera de la tarjeta electoral. Tampoco encontrarán la frase, Marque con una X el nombre o número del candidato, porque muchos de los votantes apenas sí pueden hacer una raya o un círculo, ya sea porque no poseen el manejo del lápiz o porque tienen alterado el pulso; así es que pueden marcar como quieran, siempre y cuando no se salgan del espacio señalado.
Finalmente, quiero repetirles que no dejen de sufragar, porque su voto es tan importante como el del mismo presidente de la república o sus ministros; usted no es uno más; usted es el más…