Si no veo, ¿cómo leo?

La UNESCO ha revelado que cada año se publican en el mundo más de dos millones de libros nuevos, que se suman a los cientos de millones que se han escrito a través de la historia, desde que se hacían a mano, cuando se escribían en papiros o en tablillas de arcilla.
Definitivamente, hay mucho por leer. La vida misma no nos alcanzaría para leer todo lo que uno quisiera. Haciendo un cálculo arbitrario, asumiendo que en toda la historia se han escrito alrededor de 150 millones de libros, como se dice por ahí, y que viviéramos 100 años, tendríamos que leer más de cuatro mil libros diarios para alcanzar a leerlos casi todos.
Pero, ¿cuántos de los libros impresos en tinta y papel están en formatos que les permiten leer a los que no ven o tienen dificultades para hacerlo directamente con sus ojos?
Por varios siglos, las personas ciegas tuvieron que enfrentar múltiples barreras para poder leer; primero se apoyaron en la lectura oral que otros hacían para ellos y desde el siglo antepasado el sistema Braille les permitió cierto grado de autonomía tanto para leer como para escribir.
Pero sigue siendo aterradoramente escasa la cifra del 1% de libros en formatos accesibles en el mundo para las personas con discapacidad visual, que reporta la Unión Mundial de Ciegos.
Hoy con toda la ‘revolución digital’ que vivimos, las oportunidades de acceso a los libros a través de la tecnología tienden a igualarse para todos los seres humanos. Los lectores de pantalla dan la posibilidad a quienes no pueden ver de escuchar los libros sin una gran preparación y desde múltiples dispositivos.
Leer se ha hecho fácil para todos con el tiempo y más para las personas con discapacidad visual. Si antes la única alternativa era que otro leyera en voz alta para saber el contenido de los impresos y luego con el sistema Braille alcanzando una velocidad promedio de lectura de 100 palabras por minuto, hoy con los lectores de pantalla un lector digital habitual podría alcanzar a leer más de 5 veces esta cantidad.
Pero no solo el Braille y los lectores de pantalla les permiten leer de manera autónoma a las personas ciegas y con baja visión. Cada día se conocen más formas, formatos y medios que facilitan y hacen la lectura más agradable, no solo para quienes no ven, sino para todos.
La informática hoy da gran autonomía para leer sin ver. Cualquier persona que vea o no puede leer el periódico por Internet, lo que hasta hace solo pocos años era imposible; puede tener acceso al contenido de un libro impreso en papel a través de una voz digital usando un escáner o hacer uso de los miles de libros estructurados de la Biblioteca Virtual para Ciegos de Colombia.
Desde el INCI poco nos interesa saber cuántos libros hay en el mundo, pero sí tenemos el propósito de digitalizar y poner en los formatos que sean verdaderamente accesibles para todas las personas ciegas y con baja visión del país la mayor cantidad posible. Para los que sí vemos y aunque no seamos ciegos, con la tecnología, sin ver también podemos leer.
Autor:
Enrique King
Director Biblioteca Virtual para Ciegos
Instituto Nacional para Ciegos - INCI