Los retos de la educación inclusiva en tiempos de postpandemia

La educación de los niños, jóvenes y adultos en todo el mundo se ha visto seriamente afectada con la llegada del COVID-19, al punto de tener que modificar y ajustar de manera abrupta y repentina las metodologías y estrategias que ya se tenían diseñadas en las planificaciones curriculares y de aula.
Los estudiantes se han visto obligados a aprender desde sus casas, a través de Internet o medios de comunicación como la radio o la televisión, sin contar con que muchos de ellos ni siquiera tienen acceso a estos recursos.
Sin embargo, los riesgos que trae consigo la pandemia, como el efecto de dejar a las personas al margen de la enseñanza y el aprendizaje, se acentúan en mayor medida hacia las personas con algún tipo de discapacidad, quienes se ven avocadas a desandar esos caminos de inclusión que con mucho esfuerzo han intentado construir las instituciones y las organizaciones que los representan.
Resulta ciertamente paradógico, o más bien, evidentemente contradictorio, pensar que un virus, que no discrimina a nadie, termine generando mayor discriminación hacia las personas en situación de vulnerabilidad.
Por eso es fundamental comenzar a pensar, desde ahora, cuáles serán los retos que se deben afrontar para garantizar el derecho a la educación a las personas con discapacidad después de superar esta pandemia.
¿Cuáles son entonces esos desafíos que nos esperan en materia de educación inclusiva?
- En la medida en que los estudiantes, docentes, directivos docentes y demás personas que gravitan en torno a la educación puedan regresar a la escuela, es imprescindible implementar prácticas que den prioridad al bienestar de toda la comunidad educativa, dando respuesta a la alta demanda de orientación y situación socioemocional que se vive hoy.
- Será el momento preciso para empezar a implementar estrategias basadas en los principios del Diseño Universal para el Aprendizaje y fortalecer aquellas que ya se tenían en ejecución.
- Es imprescindible involucrar a las familias de los estudiantes en los procesos de enseñanza y aprendizaje, tanto en la modalidad presencial como en la modalidad a distancia, esta última no podrá dejarse de lado pasada la emergencia sanitaria.
- Se requiere fortalecer el trabajo coordinado entre docentes de aula, docentes de apoyo pedagógico y demás profesionales de la educación para garantizar los servicios educativos a los estudiantes con discapacidad.
- Es necesario también involucrar a organizaciones de personas con discapacidad, organizaciones no gubernamentales y comunidad en general, quienes también pueden aportar a los procesos de educación inclusiva.
En conclusión, los retos que se deben afrontar para restablecer los procesos de educación inclusiva después de haber superado la pandemia, requieren aunar más esfuerzos por parte de docentes, familias y comunidad educativa en general, además de las instituciones y organizaciones que trabajan por los derechos de las personas con discapacidad para asegurar su acceso y permanencia en el sistema educativo, garantizando al mismo tiempo condiciones de salud, bienestar, accesibilidad y calidad en el servicio.