Los caminos de la vida también se andan con bastón guía ¿Cómo transito en la ciudad?

Grupo de personas con discapasidad visual caminando por la ciudad, algunos utilizan bastón y una mujer va acompañada de su perro guia
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Edición Número 165

Llegar a la meta es crucial, pero aún más importante es el camino. Y mientras muchos tienen puesta su mirada en el punto de llegada, es necesario detenernos a reflexionar sobre el camino por el cual estamos andando y cómo lo estamos recorriendo.
Solo basta observar nuestro alrededor y encontramos gran variedad de formas para vivir la vida. Mientras algunos van a paso lento como si fueran masticando el tiempo, muchos van rápido, como si estuvieran compitiendo con las manecillas del reloj, quizás, para no dejarse alcanzar por la noche y algunos simplemente se detienen a disfrutar del momento. Pero otros tantos llaman la atención al andar, roban miradas y dejan muchas inquietudes en quienes los observan.
Esas otras personas cuando pasan van a un ritmo más lento que los demás, apoyándose de un bastón guía que mueven de izquierda a derecha y viceversa, para saber qué obstáculo hay en el camino y también, dándole uno que otro golpe en los pies a algún despistado que esté por ahí en el trayecto.
Es normal que mientras estoy en el transporte público o voy caminando por la calle, se me acerquen personas a decirme cosas. Algunos sencillamente me expresan que me admiran por la capacidad que tengo para moverme por la ciudad, porque como lo dicen ellos mismos: “no sería capaz de salir solo teniendo una discapacidad”. Por otra parte, algunos más curiosos me preguntan que cómo hago para saber dónde voy y cómo hago para saber cuándo ya llegué a mi destino.
Siempre les respondo que eso es mucho más fácil de lo que ellos creen. Todos tenemos puntos de referencia para ubicarnos, un semáforo, una casa vieja, un rascacielos, un parque, un almacén de cadena, o cualquier punto físico que nos ayude a saber que vamos por buen camino.

En el caso de las personas ciegas o con baja visión no nos fijamos en la casa que se ve vieja, ni en el edificio blanco, ni mucho menos en las vallas, avisos o letreros que cuelgan de las fachadas. Las personas con discapacidad visual nos guiamos por pasos, número exacto de cuadras que debemos cruzar, lugares ruidosos, por olores y hasta por el viento o la lluvia.
Dicho en otras palabras, nuestros puntos de referencia los identificamos con los otros sentidos. En tanto las personas que ven se guían por la valla publicitaria que se ve a cientos de metros de distancia, o el carro rojo que va allí y que acaba de girar por allá. Nosotros nos guiamos por el fresco olor a pan que sale de la cafetería de la esquina, o de la calle llena de bares y que tienen música a todo volumen y hasta de la zona verde en la que suenan las hojas de los árboles cuando el viento pasa con fuerza por ahí.

Por otra parte, si hablamos del transporte público no es muy diferente a lo que acabo de mencionar, mientras la mayoría van concentrados mirando por la ventana por dónde van para no pasarse, otros vamos mentalmente contando paradas, estamos pendiente de los giros que da el bus o vehículo, estamos atentos de pasar por el puente o la glorieta, y aunque no lo crean, los huecos en las avenidas son aliados nuestros.

Al tiempo que las entidades distritales se encargan de tapar los huecos para reducir la accidentalidad y los daños en los neumáticos de los carros, nosotros estamos esperando a que el vehículo se balancee o quizás salte mientras pasa por el hueco para así saber el lugar preciso por el que vamos pasando.

De este modo, les acabo de contar brevemente algunas de esas experiencias que vivo cada día que salgo y ando por esta bella ciudad llamada Bogotá, lo único cierto es que todavía hay muchas personas que cuando ven a una persona con discapacidad, andando por la calle, seguirán invadidas por imaginarios erróneos y más dudas que respuestas sobre cada una de esas acciones que realizamos en nuestro día a día.

En conclusión, esta seguirá siendo nuestra tarea como sociedad, desde el lado de la discapacidad tenemos que seguir ampliando los medios y formas para distribuir el conocimiento, para que de esta manera la población en general lo comprenda, lo apropie y normalice el vivir con una discapacidad.

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Fotografía - Camilo Garnica

Camilo Garnica

Productor y locutor de INCIRadio

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