La tecnología y las personas con discapacidad visual

Al pronunciar la palabra tecnología, acuden a nuestra imaginación objetos como computadores, celulares, tablets, satélites, televisores, sensores, cámaras de video, discos externos, memorias USB o vehículos dotados de tableros electrónicos, entre múltiples ejemplos que asociados a la electrónica, a la informática o a la cibernética han facilitado la vida cotidiana.
Sin embargo, la tecnología está estrechamente ligada a los seres humanos, al punto que se puede decir que nuestra esencia se ha modelado por el vínculo que a lo largo de los últimos cuatro millones de años, hemos tenido con ella. En efecto, la tecnología no es un hecho reciente en la historia de la humanidad. El día en que alguno de nuestros antepasados afiló una piedra frotándola contra otra y con ella rompió un hueso abandonado por las hienas para extraer la médula y comerla, comenzó una profunda historia de amor con la tecnología.
La rudimentaria hacha de piedra, la piel secada al sol para ser utilizada como vestido, el uso de las cuevas como vivienda o el ejercicio de dibujar empleando tierras de colores, han dado paso a una manera de actuar radicalmente distinta, que sin embargo, no ha eliminado las formas de hacer anteriores. Lo digo porque las personas con discapacidad visual han experimentado la misma relación con la tecnología que la humanidad en su conjunto: hoy cuando el Sofware JAWS y otros lectores de pantalla permiten navegar por Internet, los teléfonos celulares cuentan con aplicaciones de todo tipo para realizar múltiples actividades, o las personas sordociegas emplean líneas braille, el bastón, la pizarra, el punzón y el papel, siendo tecnologías de baja complejidad, que siguen desempeñando una función fundamental.
Al pensar en innovación tecnológica, concebimos aparatos cada vez más capaces y más pequeños que resuelven un mayor número de problemas, pero sucede que el diseño de objetos de manufactura casi artesanal que dan noticia de cómo es la realidad que nos rodea, también son tecnología necesaria para que en el caso de las personas con discapacidad visual, el mundo y el universo, con su absoluta complejidad, estén a su alcance.
Es por eso que el Instituto Nacional para ciegos-INCI, a través del proyecto Sensoroteca, ha comenzado el proceso de formular materiales que permitan a través del sentido del tacto, saber cómo son los continentes y los países en los que se encuentra dividida su superficie; los planetas rocosos del sistema solar; dieciséis obras de arte representativas de Colombia y la pintura mundial; y la geometría plana y la tridimensional.
Al exponer el plan de este proyecto, quien escucha imagina que la manera como las personas con discapacidad visual accederán a la información, es por medio de computadores que cuentan con programas informáticos súper especializados, y experimentan cierto desencanto cuando se les dice que se trata de piezas de acrílico que deben ser tocadas como lo han hecho los humanos desde que habitan la Tierra. Sin embargo, tecnologías como las impresoras tridimensionales o el cortador láser, han permitido que estas piezas sean una realidad, con el nivel de detalle requerido para que las personas con discapacidad visual tengan una conciencia clara del universo que representa el objeto puesto bajo sus manos.
En conclusión, es sorprendente descubrir que los rompecabezas, cuyas piezas tienen la forma de cada país del mundo, son la alternativa para que las personas con discapacidad visual que viven en los tiempos de las aplicaciones instaladas en los teléfonos celulares, se acerquen a la composición política del mundo, pero a la vez, estos objetos, no tendrían la precisión que demanda crear mapas fieles a la realidad, si no existieran máquinas capaces de producirlos. Es decir que la tecnología más actual y sofisticada, convive con formas antiguas para que en definitiva se obtenga el resultado más óptimo a la hora de permitirles a las personas con discapacidad visual acceder a la información a través de sus sentidos de la percepción.
Autor:
Jorge Colmenares
Profesional Instituto Nacional para Ciegos -INCI