La tecnología complementa al braille, más no lo sustituye.

Nunca imaginé que un solo punto fuera equivalente a escribir una “A”, ese fue mi pensamiento a los 6 años de edad cuando en el INCI aprendía a escribir en braille, pues mi profe me había dicho que así escribíamos los ciegos.
Luego aprendí que la “B” se hacía con 2 puntos y mi cerebro de niño travieso pensaba que la “C” eran 3 puntos, pero cuando la profe me dijo que así no era me preocupé un poco, porque pensé que iba a tener complicaciones para escribir en braille. Marcela, como se llamaba ella, me dijo entonces que no me preocupara, porque el braille sólo se trabajaba con 6 puntos, pero eso hizo que me preocupara más ¿cómo iba a caber todo un abecedario en 6 puntos? Y eso que en ese entonces no sabía que existían los signos de puntuación.
Con el pasar de los martes y jueves, días en que asistía al INCI, me daba cuenta de que realmente no era tan complicado, sólo era aprender la posición de los puntos y ya estaba.
Curiosamente para mí, leer era más fácil que escribir por lo que siempre que llegaba del INCI a mi casa sacaba mi libro “Puntos Luminosos” y buscaba las páginas con las letras vistas en clase y me ponía a leer.
Cuando tenía 9 años conocí la primera impresora braille y eso hizo que la tecnología llamara mi atención. Hoy he visto su implementación paulatina en diferentes lugares como un baño público, bancos, notarías, medicamentos y hasta en un vino, sin olvidar que a partir del 2016 fue implementado en los paraderos del SITP y que ahora mi voto es secreto porque puedo leer el tarjetón en Braille.
La relación Braille y tecnología no se queda ahí, actualmente tenemos líneas Braille (dispositivos que nos muestran el contenido de la pantalla en este sistema) que también han evolucionado hasta el punto de encontrarlas del tamaño de un celular. Se están desarrollando pantallas que nos muestran directamente la información en Braille.
Hoy algunos celulares nos permiten escribir en Braille de manera virtual, ya sea habilitando la opción “entrada Braille” en el caso de los IPhone o instalando una app como “Smart Braille” en los dispositivos Android.
Es así como podemos decir que la tecnología complementa al Braille, más no lo sustituye.
Autor: Alejandro Pabón Perilla