A la memoria del periodista ciego Adonaí Sánchez

Carlos Parra Dussan
Director General
Instituto Nacional para Ciegos - INCI
Quiero en este número de INCIDigital rendir un homenaje a la memoria de nuestro amigo periodista Adonaí Sánchez, aprovechando que el pasado 9 de febrero se conmemoró el Día del Periodista y el pasado lunes 13 el Día Internacional de la Radio.
Es que Adonaí Sánchez se movió en estas dos áreas: en el periodismo haciendo notas para diferentes medios y en la radio en la Emisora Súper, donde se destacó como llamador de grandes personajes.
Recordemos que aunque fue respetado y admirado en el mundo del periodismo, fue injustamente implicado en un intento de extorsión a la familia de un empresario secuestrado, hasta que murió esperando las excusas de la justicia.
El periodista ciego Adonaí Sánchez, el famoso “llamador” de Radio Súper que les arrancó más de una lágrima a varios comunicadores que lo vieron caer en prisión hace unos 13 años, víctima del más infame falso positivo judicial.
Este amigo ciego fue vinculado insólitamente a un intento de extorsión a los familiares del empresario venezolano Richard Boulton, condenado por un juez y absuelto por el Tribunal Superior de Bogotá.
Sin embargo, Adonaí Sánchez murió esperando una muy merecida excusa de una justicia que lo alejó de lo que amaba y donde todos lo querían y admiraban, como es el periodismo.
Adonaí Sánchez se desempeñaba como uno de los más destacados “llamadores” de las emisoras Colombia en Radio Súper. Se dedicaba a conseguir los números telefónicos de las personalidades y a contactarlos para entrevistarlos en los noticieros de la cadena.
Muchos dicen que Adonaí era uno de los tres más hábiles llamadores o contactadores del país, que ningún personaje por difícil que fuera de contactar se atrevía a decirle que no. Es más, no había presidente que no le pasara al teléfono ni funcionario que se atreviera a ignorarlo.
Todos lo recordamos con su enigmática libreta en braille, en la que anotaba los números que inicialmente guardaba en una de las tantas grabadoras que conservaba en el bolsillo, una de ellas dedicada exclusivamente a mantener el registro de sus contactos telefónicos.
Recuerdo que fuimos compañeros de clase de inglés, donde compartíamos anécdotas chapurreando el segundo idioma y nos reíamos presumiendo de un fluido inglés.
Compartimos muchas tardes en la sala de lectura del INCI, donde él preparaba sus notas de periodismo, pero siempre anhelábamos la hora de la pausa para compartir y podernos reír de las anécdotas que nos ocurrían como ciegos en el transcurso del día.
Afortunadamente el Instituto Nacional para Ciegos (INCI) ahora cuenta con su propia emisora y su propia revista, para que muchos Adonaís puedan iniciarse en la radio y en el periodismo, desde la propia casa de los ciegos.
El periodismo y los allegados a Adonaí Sánchez lamentamos que haya partido sin que la justicia hubiera hecho el mínimo esfuerzo por resarcir su nombre y reparar el daño a su honra, tan letalmente herida que nunca volvió a ser el imponente personaje de la radio, pese a haber demostrado que era inocente.
En conclusión, desde el Instituto Nacional para Ciegos reconocemos la inocencia del periodista y amigo ciego que se nos fue el año pasado, le rendimos un homenaje a su memoria y exaltamos su trabajo como uno de los primeros periodistas ciegos en el ejercicio de la profesión.