Quiero invitar a los medios de comunicación y a los televidentes a seguir la bionovela del maestro Leandro Díaz que se inaugura el 19 de septiembre, que nos permitirá conocer la vida de nuestro juglar del vallenato ciego, que compuso e interpretó sus canciones con los ojos del alma.
Con toda seguridad, esta bionovela hará visible a la población con discapacidad visual de Colombia, que según el Dane se eleva a cerca de 2 millones de personas, que como Leandro Díaz también tienen mucho talento y que como el maestro tienen muy buen oído para la música y lo podrán emular.
Recuerdo que el jueves 30 de junio del año 2016 viajé a Valledupar a participar en el lanzamiento oficial del billete de veinte mil, resaltando que tenía sistema braille y está en distinto tamaño para reconocerlo las personas ciegas, de paso decidí visitar la casa de Leandro Díaz.
Me decidí a timbrar, pero no se escuchaba nada, volví a timbrar y salió Luz Marina, una señora muy amable, que me permitió seguir y tomarme una foto en ese antejardín y otra en la famosa silla mecedora, donde pude evocar el recuerdo del maestro.
Posteriormente salió Orlando Díaz su nieto, que muy amablemente me atendió y me recordó apartes de la vida de su abuelo, que siendo ciego de nacimiento compuso más de 200 canciones con los versos que se fijaron en su memoria, convirtiéndose en una celebridad del folclor vallenato con una de sus canciones emblemáticas, “Matilde Lina”.
Me contó que, a sus 83 años, el Festival de la Leyenda Vallenata le hizo un homenaje a un hombre y un juglar que no volverá a nacer, ni se repetirá en su dinastía.
La primera canción que compuso se llama “La loba ceniza” y lo hizo con sus mejores habilidades como eran la concentración y la memoria, donde grababa todas sus letras, versos, composiciones y las voces de todos sus amigos, pues nunca olvidaba una.
Dijo que el maestro comenzó a viajar por la región como cantante y se estableció por algún tiempo en el municipio de Tocaimo, Departamento del Cesar, donde compuso “La Primavera" y "La Trampa”, así como una canción grabada por el cantante vallenato Jorge Oñate “A mí no me consuela nadie”.
Bajando la voz, recordó que el juglar decía sobre su ceguera que: “no le puedo negar que he sufrido de tristeza. Hace muchos años me pregunté ¿para qué me tiene Dios aquí en la tierra si no puedo ver? Pues para componer. Y si Dios no me puso ojos en la cara, fue porque se demoró lo suficiente colocándolos dentro de mí, por lo que todo lo que describo en mis canciones lo interpreto con los ojos del alma”.
Dimos tiempo a que llegara Ivo Díaz el hijo músico del maestro Leandro, pero se retardó, por lo que Orlando el nieto me obsequió como regalo una colección del maestro Díaz, con comentarios y anécdotas hechas por el propio juglar sobre sus canciones, que desde luego podremos escuchar en INCIRadio.
Yo le recordé que la Ley 1770 de 2015 rinde homenaje a la vida y obra del maestro Leandro Díaz, declarando patrimonio cultural de la nación su obra musical.
Por último, le ratifiqué a Orlando mi compromiso como director del INCI y mi función como guardián de los ciegos de Colombia, por lo que me comprometí a mantener viva la obra de su abuelo el maestro Leandro Díaz, por lo que los invito a seguir su vida y obra.
Por todo esto, como director del INCI, estoy muy emocionado por la nueva bionovela de maestro Leandro Díaz el poeta de la música, que nos permitirá ver con los ojos del alma su vida y escuchar sus canciones que hacen parte del patrimonio cultural de la nación.