Imaginación, solo imaginación

El despertar solo encuentra el sonido típico de la máquina que monitorea el corazón. No hay recuerdos, no hay conciencia de lugar ni de tiempo.
Un vago recuerdo con sensación de mareo, calor, tal vez de fiebre, desespero por no sentir a nadie y finalmente el sonido clásico de la máquina que monitorea el corazón.
Boca abajo, el cuerpo siente el peso de todos los órganos en una posición extraña para ser permanente, aún sin conciencia.
La pregunta por si hay alguien cerca, invade todo el ser, pero no se actúa y no se sabe por qué.
Pareciera que el sueño hubiese sido muy largo, tal vez por varios días. Solo se siente que no hay nadie. No, no hay nadie.
Solo el “bip” de la máquina acompaña el pensamiento, que solo trata de preguntar, pero que no lo hace, tal vez por la certeza de soledad total.
Abandono y desolación. No saber si el sitio tiene algún modo de que alguien esté observando. No, no se sabe nada. Pero tal vez la inquietud es el deseo de que haya alguien.
Un murmullo a lo lejos trae recuerdos, es una voz conocida. Parece decir “está despierto”, “está despierto”, pero no hay reacción. La voz disparó algo en la memoria, pero finalmente la voz se va y el pensamiento se queda en nada. Tal vez fue solo el deseo.
El pensamiento se va y el sueño retorna. Nada hay. Nada hay.
Nadie hubiera podido imaginar la forma como de un día para otro cambia la vida. Sumergidos en un sueño, tal vez una pesadilla o algo extraño que invade todo, parece ser un estar dormido. Sí, estar dormido.
Volverá un día la normalidad que se tenía o tal vez no.
Es solo algo que algunos vivieron y que desde una barrera otros vieron pasar y finalmente, no pasó nada.
Es y solo fue, la imaginación. Sí, la imaginación.