Gracias por todo, gracias totales

Si alguien en estos 63 años del Instituto Nacional para Ciegos -INCI agradece de corazón el pertenecer a esta gran familia, es Sandra Mabel.
No ha sido caso fortuito, pero sí predestinado, ya que en mi familia el laborar, el conocer y el vivir de cerca la discapacidad visual tanto de mi tío como de mi madre, quienes han sido un derrotero a imitar, es la entrega desinteresada en favor de esta causa. Mi madre prestó sus servicios por un espacio de 13 años, desempeñándose como trabajadora social y jefe de división en esta entidad, como ahora lo hago yo.
Rememorando cuando era niña, muchos de mis proyectos de vida era colaborar de una u otra forma con las personas ciegas o de baja visión. Cuando tenía la oportunidad de acompañar a mi madre al INCI, parodiaba y soñaba con ser la funcionaria que hoy soy, y para mi este sueño se ha cumplido y la felicidad que me embarga se ve representada en el eterno agradecimiento, porque tanto de parte de mi familia como mía, hemos tenido la oportunidad de trabajar en esta institución, que en su misión y visión está el luchar por los derechos, la inclusión educativa y laboral y el bienestar social de los ciegos de Colombia.
Con todo lo anterior, tengo que manifestar que día a día asimilo más el valor de las personas con discapacidad visual, aprendo cosas nuevas que me incentivan, me motivan y acrecientan mi quehacer humano y laboral.
Desde niña he sido testigo de las grandes trasformaciones del INCI, por esto ahora estoy feliz de verlo permanentemente en televisión y llego motivada todos los días a disfrutar de sus renovadas instalaciones, que invitan a disfrutar la jornada de trabajo.
Nuevamente expreso mis agradecimientos al INCI, al doctor Carlos Parra, a mi equipo de trabajo y a mis compañeros por ser parte de mi vida.
Autor:
Sandra Mabel
Instituto Nacional para Ciegos - INCI