¿Existen aún las tiflólogas?

Cada vez que empleo la palabra tiflóloga ante quien nunca había escuchado el término, me encuentro con sorpresas o arrugan la cara o abren los ojos o ponen cara de ¿qué es eso?
Para quien no ha conocido a una ‘tiflóloga’ y no tenga cercanía con los temas relacionados con la discapacidad visual, difícilmente la relacionará con la educación de las personas ciegas. Pero la verdad es que sí existen las tiflólogas y aunque en menor proporción, también los tiflólogos.
Antes de la mitad del siglo XX, la tiflología era una disciplina muy general que estudiaba las condiciones y problemas de los ciegos para dar una respuesta a su inserción laboral. Pasados los años ochenta, la tiflología empieza a incluir a las personas de baja visión y se amplía a otros ámbitos, como el estudio, el tiempo libre y la vida diaria.
Hasta hace unos años en Colombia, las tiflólogas eran única y exclusivamente licenciadas en educación, especialistas en la atención a personas con discapacidad visual, entendiendo la tiflología como la ciencia que estudia las condiciones y la problemática que rodea a estas personas.
Hoy que nos movemos en medio del paradigma de la educación inclusiva necesitamos muchas más personas vinculadas a la educación que conozcan cómo acompañar a los estudiantes ciegos y con baja visión en sus procesos de formación académica.
En este sentido, el Instituto Nacional para Ciegos – INCI, en convenio con la Universidad Pedagógica Nacional, realizará en el segundo semestre de 2018 un diplomado para la formación de tiflólogos, que serán quienes tendrán a su cargo apoyar el trabajo de los docentes de aula de las instituciones educativas, con el propósito de que estos adquieran la capacidad de acompañar a los estudiantes con discapacidad visual desde sus aulas, en concordancia con el decreto 1421 de 2017.
Este diplomado busca brindar herramientas a nuevos tiflólogos y tiflólogas para el manejo del sistema de lectoescritura Braille, la escritura manuscrita, el manejo del ábaco para las matemáticas, nociones sobre orientación, movilidad, sensopercepción, actividades básicas cotidianas, entrenamiento visual y cómo brindar asesoría a los padres de los niños que asisten a las instituciones educativas.
Un informe sobre el acceso a la información y la inclusión de la población con discapacidad visual reveló que en Colombia más del 30% de las personas ciegas y con baja visión no acceden a la educación. Estos nuevos tiflólogos contribuirán a reducir esta brecha y se desempeñarán como docentes de apoyo en aulas especializadas o en centros de recursos dentro de las instituciones educativas regulares del país. Pero la verdad, es que, si la educación es una responsabilidad de todos, finalmente todos deberíamos convertirnos en tiflólogos.
Autor:
Enrique King
Director Biblioteca Virtual para Ciegos