El sistema de transporte masivo en Bogotá

Las dificultades que vivían los usuarios de transporte público en Bogotá hace 18 años eran innumerables. Aunque existían rutas ya establecidas desde un sector de la ciudad a otro, no se contaba con paraderos fijos para abordar los buses urbanos y en los lugares donde los había no se respetaban.
Aunado a esto, muchas veces los buses dejaban a los pasajeros en plena mitad de la calle, poniendo en serio riesgo su integridad física, mientras lograban alcanzar la acera.
Otro agravante, más peligroso aún, era el afán de los conductores, quienes no daban tiempo a descender del vehículo y arrancaban, ocasionando accidentes a los pasajeros a veces irreparables.
Con la implementación y puesta en marcha del transporte masivo en Bogotá, estas dificultades, sobre todo para las personas con discapacidad visual, se han reducido notablemente, incluso se podría afirmar que muchas de éstas han desaparecido.
Hoy por hoy se cuenta con paradas fijas con una distancia razonable entre unas y otras, los vehículos paran frente a las plataformas y el tiempo de espera para bajar del vehículo es suficiente, además de que los conductores deben esperar a que todos los pasajeros desaborden para cerrar las puertas y continuar la marcha.
Otro aspecto a resaltar con el desarrollo del sistema de transporte masivo es el mejoramiento de las vías de acceso. Los andenes, que antes eran angostos y con desniveles, ahora son más amplios y bordeados con señales podotáctiles; se han construido más puentes peatonales con rampas y en algunos portales se cuenta con ascensores.
En general, la accesibilidad dentro del sistema es bastante buena en términos de movilidad para las personas con discapacidad y lo más interesante de estas mejoras es que no sólo benefician a este sector de la población, sino a todos los usuarios del sistema, porque se han construido desde un principio incorporando el denominado diseño universal que nos favorece a todos, sin que medien las condiciones particulares.
Es verdad que todavía hay muchos aspectos por mejorar, sobre todo en temas de señalización e información. También es cierto que el sistema de transporte masivo en Bogotá está colapsado, que la inseguridad en términos de robos y atracos es el pan de cada día y que se carece de cultura ciudadana, pero con todas estas dificultades que afectan no sólo a las personas con discapacidad, sino a toda la ciudadanía, la movilidad y la accesibilidad al transporte público siguen siendo mejor que hace 18 años, cuando se empezó a implementar el sistema Transmilenio.
Se requiere incorporar mayor información de audio en las paradas, como el tiempo en que llegará el próximo bus de la ruta que se espera, el cual sí se muestra en tableros electrónicos.
Se requiere mejorar la señalización en los portales para las personas con baja visión, en las paradas de los alimentadores, donde no existen puntos de referencia que permitan una orientación y ubicación precisa.
Es necesario que la información que se entrega a los usuarios en formatos impresos también esté en sistema braille y macrotipo para que las personas con discapacidad visual puedan acceder a ella.
Por último, es importante que las personas con discapacidad ejerzamos la corresponsabilidad que se espera de nosotros para que, como todos los ciudadanos, contribuyamos al mejoramiento del sistema de transporte masivo en todos los aspectos posibles.
Autor:
Pedro Andrade Lozada
Profesional Asistencia Técnica
Instituto Nacional para Ciegos - INCI