El humor se burla de la discapacidad

Fotografía del Doctor Carlos Parra Dussan

Por: Carlos Parra Dussan

Director General INCI 

 

En esta columna me vuelvo a preguntar si el humor puede discriminar, pues algunas prácticas perpetúan imaginarios que hieren la dignidad de algunos grupos, como las personas con discapacidad resaltando sus deficiencias.

En este sentido, me sentí agredido con la columna de Daniel Samper de la revista Semana, titulada “a quién llevamos a Oslo mi Juan”, donde se hace una parodia del Señor Presidente de la República, repitiendo algunas de sus palabras centrando la burla en la disfemia, ridiculizándolo.

Esto me recuerda una columna que escribí en el diario La República en el año 2012, sobre la obesidad desde la perspectiva jurídica ahora que se le considera un asunto de salud pública por la Ley 1355 de 2009, esto a propósito del artículo de Alejandra Azcárate en la revista ALÓ Mujeres, titulada “Las 7 ventajas de la gordura”, publicada el pasado jueves 5 de julio, en la edición número 608 de 2012, donde aparentemente menciona las virtudes de la gordura, pero en realidad se burla de esta condición humana.

También puedo traer a colación una columna del 2015, titulada “El Humor Puede Discriminar”, donde resalto cómo el humorista Roberto Lozano, dejó su personaje ‘Soldado Micolta’ por ser discriminatorio para los afrodescendientes y por perpetuar imaginarios de exclusión.

No es que se esté restringiendo el humor, que hace parte de todas las culturas y en los chistes se juega con el imaginario y el estereotipo, pero debemos reconocer, que en muchas ocasiones, se puede herir o lastimar a las personas sin querer, incluso haciéndoles bullying a través de la broma fácil.

De esta manera, es cotidiano que el humor colombiano se burle de las diferencias y la diversidad humana, por lo que rechazamos la mofa referida a la poca inteligencia de las mujeres, a las deficiencias físicas de las personas con discapacidad como algo negativo, las costumbres de los oriundos de algunas regiones y la satanización de la orientación sexual de algunas personas.

En este sentido, le sugerimos a Daniel Samper que el humor sea mucho más elaborado, centrándose en las anécdotas de la cotidianidad, en los juegos de palabras no ofensivos, en las imitaciones caracterizadas que engrandezcan al personaje y no en la diversidad humana como algo negativo o anormal.

Recordemos que el Estado colombiano elevó a delito la discriminación y el hostigamiento contra las personas con discapacidad, Ley 1752 de 2015, porque precisamente se encontró que en el país se continúa excluyendo y discriminando a las personas por su condición de discapacidad.

En la práctica cotidiana del país sí se discrimina, perpetuando los estereotipos que generan exclusión y marginación, como el concejal de Bogotá Jorge Durán Silva, que en medio de una sesión llamó al orden con la expresión, "el Concejo se nos está volviendo una merienda de negros".

Igualmente el exdiputado de la Asamblea Departamental de Antioquia Rodrigo Mesa Cadavid, que en una sesión dijo que "la plata que uno le meta al Chocó es como perfumar un bollo".

En realidad, ya tenemos bastante con la exclusión social que tenemos, con la división entre pobres y ricos, con la distinción entre los venidos de Europa o los mestizos, entre los de la universidad pública o la privada, para continuar con el humor que aumenta estas diferencias, o que resalta la discapacidad como algo negativo.

La Corte Constitucional ha venido trabajando para eliminar los términos peyorativos para referirnos a las personas con discapacidad, como limitado, impedido, disminuido, Sentencia C-458 de 2015, para que con el humor continuemos perpetuando los sentimientos de rechazo contra las personas con discapacidad, que lo que merecen es un sentimiento de afecto y admiración por su lucha de esfuerzo y superación en el país de la diversidad, pero también de la exclusión.

A todas las personas con discapacidad, mis mejores sentimientos de admiración, que no permitan que el humor excluyente los hiera ni los apabulle, que la discapacidad la lleven con orgullo y valentía por constituir un mayor nivel de esfuerzo en la vida, debiendo ser recompensada con muchas bendiciones.