El acceso a la lectura por parte de las personas con discapacidad visual

La lectura, como vehículo fundamental para la adquisición de conocimiento, es también una herramienta imprescindible para ejercer el derecho a la información, a la cultura y a la educación. Para garantizar a las personas con discapacidad visual el acceso a la lectura, es necesario contar con diferentes formatos accesibles; el principal, quizás, uno de los más importantes, es el sistema Braille, que sigue siendo hoy por hoy, el medio de acceso a la lectura más utilizado por las personas ciegas y con baja visión, cuya funcionalidad visual no les permite leer mediante el sistema convencional en caracteres ampliados. Las personas con baja visión no usuarias del sistema Braille, que cuentan con un potencial visual suficiente para acceder a la lectura a través de textos impresos en tinta, requieren un tamaño de fuente de letra no menor a 20 pixeles, y en lo posible, un tipo de letra sin adornos o serifas. El uso de lectores de pantalla en sistemas de computación y dispositivos móviles, se ha convertido también en uno de los medios de acceso a la lectura más utilizados por las personas con discapacidad visual, dadas las diversas posibilidades que ofrecen estos software que verbalizan la información por medio de síntesis de voz, facilitando a los usuarios de esta herramienta informática, una lectura mucho más ágil, con diferentes tonos de voz, velocidad, verbalización de la puntuación, entre muchas otras características. Otro de los medios de acceso a la lectura muy común entre la población con discapacidad visual son los denominados audio libros, que han sido grabados con voz humana, ya sea por locutores profesionales o por personas voluntarias que prestan el servicio de lectura a esta población. Pero también existen los audiolibros grabados con voces electrónicas, iguales a las que se incorporan en los lectores de pantalla. Para tal efecto se han desarrollado distintos softwares que incorporan estas voces y que tienen la capacidad de convertir el texto de cualquier documento a voz, fragmentando la información en pistas de audio de diferentes tamaños, de acuerdo con las necesidades del usuario. Existen otros medios de acceso a la lectura promovidos desde las bibliotecas y centros culturales, en los que participan todas las personas interesadas en el fomento a la lectura. Estos espacios de lectura grupal, donde se realizan jornadas de lectura en voz alta, lectura compartida, lectura rotada, por mencionar algunas de estas modalidades, pueden incluir la participación de personas con discapacidad visual, si cuentan con alguno de los formatos de acceso arriba mencionados. Por ejemplo, se podría organizar un ejercicio de lectura compartida, si se cuenta con un libro impreso en Braille y Tinta en caracteres ampliados, de manera que todos los participantes, incluidas las personas con discapacidad visual vayan leyendo en voz alta un fragmento del libro. La participación en estos espacios de lectura grupal es decisiva para incrementar en la población con discapacidad visual el interés y la motivación por la lectura. Esta es una de las razones por las cuales, el instituto Nacional para Ciegos – INCI, viene fortaleciendo el servicio de la biblioteca virtual, que ofrece a sus usuarios con discapacidad visual, el acceso a documentos en formatos accesibles, además de adelantar acciones de promoción de lectura con entidades que ofrecen este servicio a toda la población. En conclusión, el acceso a la lectura mediante el uso de distintos formatos, es el primer paso para que las personas con discapacidad visual incrementen su interés y motivación a la lectura, no sólo a título personal, sino también, en espacios de participación de lectura grupal.