Días de TV

No son muy lejanos los tiempos en los que los medios de comunicación como la radio eran protagonistas de la vida de las personas, tal como nos lo contó mediante Días de radio, en 1987, el realizador de cine Woody Allen.
En similar sentido ocupó nuestras vidas la televisión, convirtiéndose en el centro de las casas, las habitaciones, los consultorios y salas de espera.
El periódico y las revistas eran papel colorido y lleno de imágenes, dibujos y pasatiempos portados bajo el brazo de todo tipo de personas.
En su momento, los medios de comunicación estuvieron ligados a dispositivos o materiales específicos, que conformaban los haberes más importantes de hogares y salas de espera.
Pero el dispositivo y material asociado a cada medio ya no es ni juega el rol que otrora ocupó en nuestras vidas. El transistor no es ya la radio, la revista ya no es el papel, así como el televisor ya no es la televisión. O tal vez este último es uno de los pocos que se está quedando aún en nuestras casas, ya sea en las habitaciones o en la sala como aparato específico.
Y ello porque todo lo están absorbiendo los móviles, dispositivos en los que podemos tener todo el mundo a la mano, con solo unos pocos toques. Hubiera sido deseable que cada aparato, cada tecnología, cada material y cada medio hubiesen podido ser manejado por la discapacidad, pero eso no fue ya, pero lo peor, aún no lo es.
Sí es perfectamente posible y cada vez se tienen más alternativas y viabilidad para que todos los medios, los antiguos, los nuevos y todos, aprovechando la convergencia en lo digital, puedan ser total y perfectamente accesibles, pero no se está haciendo así.
Ya no vimos la agujilla que señalaba el número de kilo Hertz de la ubicación de la emisora tras el tablero colorido con un bombillo que se encendía lentamente, ya no pudimos ver el número que cambiaba mecánicamente al mover el duro y pesado botón del canal del televisor, ya no pudimos conocer el tiempo de reproducción de la cinta en el betamax ni el nombre de la canción en el reproductor de música, pero deseamos y hacemos todo lo posible para que desde ese papel fuerte y multiusos del periódico, hasta todo lo digital social y comunicativo que existe hoy, sea total y absolutamente accesible mediante la universalidad que se está promoviendo para que la televisión y todo lo que hoy nos trae la comunicación sea de verdad para todos.
Autor: Santiago Rodriguez