Alfabetización y autonomía personal

El pasado 9 de septiembre se celebró el día nacional de la alfabetización en Colombia, como una política dirigida al fortalecimiento de los procesos educativos de jóvenes y adultos, incluyendo a la población con discapacidad. En las múltiples estrategias que se plantean para el logro de este propósito se ha resaltado el diseño de modelos educativos que tengan en cuenta la sabiduría y los conocimientos previos que haya alcanzado cada ser, y unas didácticas y pedagogías acordes con su capacidad de aprendizaje, la cual obviamente difiere de la de un infante, por motivos neurológicos y de desarrollo social y cognitivo.
Cuando hablamos de alfabetización de personas con discapacidad y en particular con personas que tienen alguna forma de discapacidad visual, tenemos que adicionar a esas estrategias cuidadosamente diseñadas para la población en general, una que no puede ser olvidada, y que a la par con las otras, garantice logros suficientes y pertinentes para que los objetivos planteados por la alfabetización realmente se logren. Se trata de la adaptación funcional y psicológica de la persona adulta a su condición de discapacidad, que en otras palabras podemos llamar: Máxima autonomía personal posible.
En las personas con discapacidad visual, y en especial en las personas ciegas esta autonomía incluye: movilidad independiente, uso de un sistema de lectoescritura, sea braille, tinta adaptada a su visión o tecnologías que le permitan la suficiente accesibilidad a todas las fuentes de información posible, y una comunicación eficiente con el entorno social, educativo y laboral. Adicionalmente, el bienestar psicológico y las habilidades sociales complementan las anteriores ventajas, y garantizan una inclusión social adecuada para la persona y su entorno social.
¿La forma de lograr esto? Un proceso individual apoyado profesional e institucionalmente que permita cambios y adaptaciones desde la conciencia misma de individuo, de modo que pueda identificar sus capacidades y potencialidades, lo mismo que un manejo adecuado y asertivo de sus limitaciones, tanto internas como externas. Cada persona según su perfil individual podrá hacer un proceso adaptativo diferente y en la medida de lo posible, eficiente para él o ella. Está en sí mismo y en el entorno, en las posibilidades que tenga de hacerlo, según su entorno social y cultural, el tener una mayor probabilidad de logros en el tiempo, y es una obligación de la sociedad crear mayores opciones para que los servicios que facilitan estos procesos estén disponibles para la población.